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lunes, 6 de junio de 2011
viernes, 3 de junio de 2011
El Asado Argentino
¡JUGOSO!
Después
de muchas entradas y muchos días bajo el horno, hoy les voy a regalar la
historia del ASADO. El famosísimo asado argentino que cautiva a tantos y
deleita a otros. Yo soy un fan del asado; viviría comiéndolo todos los días. No
hay nada más rico que una bandeja con un rico vacío, una tirita, un matambrito.
La
verdad es que el asado, visto culinariamente, no es solamente un plato
individual sino que se trata de una comida, y su cocción, que incluye distintos
tipos de cortes de carne de vaca y, a veces, de cerdo.
Y en
un contexto social, el asado es más que una comida; une familias, comparte
amigos y es el rey una reunión entre seres queridos.
Si
bien es un plato “raro” porque no posee una receta exacta o precisa, lograr un
buen asado no es nada fácil. Ser un buen parillero es un arduo trabajo que va a
tener éxito después varios asados, en donde ajustaremos el tiempo de cocción y
el punto de la carne.
Historia
del asado
El origen
del asado se remonta a la Argentina o al virreinato del Río de la Plata, con la
llegada de las primeras vacas y toros a mediados del 1500. En esa época, el
ganado no tenía dueño por lo que cada uno podía hacerse de una vaca sin afectar
al otro y eso se potenció gracias a la reproducción de estas vacas y toros.
Con
las famosas “vaquerías” los campesinos salían en grupos a cazar a estos
animales, quienes al principio eran más buscados por sus pieles que por su
carne; se comían la lengua principalmente.
Con
el paso de los años, la cifra de estos animales rondaba los 40 millones de
cabezas. Es así, como el campesino y el gaucho argentino comenzó a comer la carne
asada, además de la lengua. Todo gaucho iba a acompañado de un buen cuchillo,
que utilizaban para cortar la carne, las ramas y cualquier obstáculo frente a
ellos. Con éste cuchillo realizaban un pozo en la tierra, ponían la leña y
encendían una fogata frotando maderas.
Sobre esas brazas ponían el pedazo de carne, que se cocinaba por fuera y
su interior quedaba crudo.
Luego
de muchos años, el país se modernizó y la carne argentina es la más famosa del
mundo gracias a la gran
tarea desarrollada por los ganaderos argentinos, donde su labor ha sido seleccionar
los animales más aptos para constituirse en los mejores productores de carne
del mundo, y que esas reses comen directamente de los pastizales naturales que
abundantemente crecen en la pampa Argentina.
La carne al asador
Como dije anteriormente, el asado no
lleva una receta definitiva sino que hay que considerar el tipo de material que
se utiliza para encender el fuego, los cortes de carne y las salsas para
acompañar.
El verdadero asado es el que se realiza
con brasas de leña y madera, y no con carbón vegetal.
En la parrillada se
empieza con una empanada, luego es el turno del “choripan” y la morcilla, para
seguir con el queso y las achuras antes de que haga su aparición los distintos
cortes de carne.
Cuando nos referimos a
las parrillas, existen varios tipos: Con grilla acanalada, de hormigón
premoldeado, la “uruguaya”, la portátil, de acero o enlosada. La más utilizada
es la parrilla con grilla acanalada, que permite el rápido calentamiento de las
brasas gracias a sus “palotes acostados con forma de v” con un espacio en el
medio.
Encendido del fuego:
-Se empieza a encender el fuego con
muchas ramitas secas, con diario arrugado por debajo y, mientras las llamas se
levantan, colocar pedacitos de madera formando una gran hoguera.
-Una vez que las brasas ya están
encendidas, se las dispersa formando un colchón de fuego en vez de una torre y
así seguir agregando maderas para la constancia del fuego.
Elección de la carne:
-En cada provincia, los cortes de carne
poseen nombres diferentes. Los más conocidos son: Punta de espalda, matambre,
entraña, tapa de nalga, tira de asado, costillas y las famosas achuras, a la
que muchas mujeres responden con un “¡Dddd, qué asco!” debido a su aspecto, ya
sea la molleja, el chinchulín, el chorizo, la morcilla, el riñón.
Cocción de la carne:
-Limpiar
la parrilla, con el fuego ya encendido, con un pedazo de papel para liberarla
de los restos de grasa. El asado no lo hace el fuego sino que la brasa,
mediante un fuego lento y tranquilo que preserva los jugos esenciales sin secar
ni quemar partes específicas.
-Estimo
que el tiempo de cocción es 1 hora y media o 2 horas y la carne debe estar a
temperatura ambiente antes de colocarla en la parrilla. Para calmar el hambre,
cerca de la parrilla se sirven unas empanaditas y la picada mientras se asa la
carne. El asador (persona que hace el asado) tiene
sus secretos para encender el fuego; la forma para acomodar los distintos
cortes en la parrilla, los tiempos de cocción y los puntos de la carne según
los gustos de cada comensal. Aquí se explican los pasos básicos para realizar
un buen asado argentino.
-Primero
colocamos las achuras, la costilla y la tira de asado del lado del hueso, el
matambre, el vacío.
-La paciencia consiste en distribuir
el calor hacia los cortes que más lo necesitan, mientras acompañamos la espera
con un Cabernet o un Malbec hace el secreto de un buen asado. No hay asado sin
probar o regalar los mejores pedazos y la experiencia de ir cortando y distribuyendo
en un ritual especial que incluye preferencias, distinciones y sensaciones.
-A la hora de servir el asado, uno se
destaca como asador por servirlo en el punto de cocción requerido; los famosos “a
punto”, “jugoso”, “suela”. Para evitar líos, lo mejor es preguntarle a cada comensal
cómo quieren su carne y a esto hay que prestarle mucha atención porque, si sale
mal, podría no tener remedio. Algunos
consejos:
. Asado vuelta y vuelta o casi
crudoSe puede decir que la carne apenas toca la parrilla. Cocinar muy poco, queda con una capita muy fina dorada, cruda o semicruda y bien rojiza por dentro. La forma que usualmente se come la carne en España y en algunas zonas se le agrega limón antes de comer.
· Asado jugoso
La carne debe quedar dorada por fuera, con jugo abundante y rosada por dentro. Cuidado: no debe estar sangrienta, ni verse roja intensa por dentro.
· Asado a punto
La diferencia con el asado jugoso es que en su interior lucirá un poco más seca, pero jugosa. Para el asador el momento de retirar esta carne de la parrilla será en cuanto note un jugo rojizo que surge en la parte superior.
· Asado cocido
Este punto de cocción se destaca por su color marrón oscuro por fuera y seca por dentro con jugos color marrón. Estar atento por que sino obtendrá lo que se llama asado pasado (por fuera tiene una capa dura de color marrón oscuro y reseco en su interior).
La comida que mejor representa a los argentinos es el asado, prácticamente en todas las celebraciones familiares, la menor excusa sirve para prender el fuego y festejar un cumpleaños, el día de la madre, el campeonato de fútbol o la comida de los domingos.
ESTE DOMINGO A COMER UN RICO ASADITO Y HASTA LA PRÓXIMA ENTREGAAAAA!!!
viernes, 20 de mayo de 2011
A la pizza nostra!
¡Mamma mia!
El origen de mi apellido paterno es español, vasco
para ser más preciso, y yo le hago honor a mi descendencia en cuanto a los
alimentos que consumo; soy un amante de los pescados, la tortilla, los
mariscos, entre otras cosas. Por el otro lado, mi apellido materno es italiano
y también soy un amante de las pastas, de las masas y de eso es de lo que voy a
hablar hoy: La Pizza; que, cuando se habla de comida, es la reina.
Un manjar a base de pan, con tomate, queso y muchos
más ingredientes a elección del que la va a degustar: Puede ser anchoas,
cebolla, papa, huevo, espárragos, chorizo, ají, chile, pepino, zapallito,
aceitunas, etc.
Masa que amasa
Para hablar de su invención, la pizza es una comida
de vistosos colores y se reconoce
como una representación simbólica de Italia. Circulan innumerables historias sobre la creación de la pizza,
que van desde lo fantasioso y lo inverosímil. La pizza, en su comienzo, no era
más que un “pan plano” que se cocinaba con hierbas y semillas sobre una piedra
previamente calentada con brazas y palos quemados. Los romanos tomaron esto de
los griegos. En las plazas italianas, este pan era el alimento del pueblo ya
que se cocinaba rápidamente.
En sus comienzos, solamente se utilizaba tomate,
albahaca y hierbas. El tomate fue traído de Perú, luego del descubrimiento de
América, varios siglos después. En ese momento se pasó del “pan plano” a la
famosa pizza, elaborada principalmente en la ciudad de Napoles gracias a la
reina Margarita: Un panadero le realizó una pizza a base de tomate, albahaca y
queso mozzarella en honor a la bandera italiana y es por eso que se llamó
“pizza a la Margarita”. De este “pan plano” se derivó también a lo que hoy
conocemos como focaccia, pan de cebolla.
Luego de la segunda guerra mundial, la pizza se
popularizó fuera de las colonias de inmigrantes italianos existentes en el
mundo y principalmente en los Estados Unidos, donde se llegó a denominar “torta
de tomate”.
Y ahora pasemos a lo más importante: ¡las recetas!
Si bien la pizza es una comida apreciada en todo el
mundo, su receta es algo muy simple, tan simple que cualquiera puede hacerla
solo con ganas de divertirse y de pasar un gran rato entre amigos. Porque de
eso se trata la cocina, divertirse!
Masa
básica de la pizza
1 Kg. de harina 0000
|
50 gr. Levadura
|
1 pocillo de aceite
|
Sal a gusto
|
Agua cantidad necesaria
|
Cocción en horno, rinde para 4
pizzas:
Hasta la próxima entregaaa!!!
viernes, 6 de mayo de 2011
¡Noble repulgue!
¿Frita o al horno?
Existen muy pocas cosas que se consideran típicamente argentinas: el asado y las empanadas son en mi opinión las más representativas del gusto y saber nacional.
Su origen se remonta a la cocina árabe, llegando a España gracias a invasión de los moros. Ellos también introdujeron los almíbares, los hojaldres, alfajores, los anteojos y el álgebra.
Los habitantes de Gibraltar –en ese momento integraba el Reino de España- fueron los que le dieron el nombre de “empanada”, palabra derivada del verbo “empanar”, cuya primera acepción según el Diccionario de la Real Academia Española dice que es “encerrar algo en una masa o pan para cocerlo en el horno”.
Estos denominados “panes” eran consumidos por los trabajadores en los campos, como una manera de obtener un bocadillo sin necesidad de desplazarse del lugar de trabajo hasta las cocinas. Con el transcurso del tiempo, aún después de la salida de los árabes de España, la empanada se transformó en la famosa “empanadilla”: igual a la empanada pero más chica en tamaño.
En Latinoamérica se preparan desde que los españoles las introdujeron y cada país las elabora a partir de sus tradiciones y de sus costumbres: secas, picantes, jugosas, horneadas, fritas, con el repulgue en la parte superior o en la parte inferior o directamente dobladas al medio, tal como hacen los mexicanos sus quesadillas. En una palabra: hay de todo y para todos los gustos.
En nuestro país tenemos una buena cantidad de variedades; cada provincia ha contribuido con el agregado de determinados productos regionales como una manera de poder distinguirse de sus vecinas.
La empanada es una comida de las más típicas de la mesa argentina y casi no conozco a nadie que rechace su oferta.
Ante la pregunta que me han hecho algunos europeos sobre qué le vemos los argentinos de interesante a una masa con forma de semicírculo relleno, les contesto simplemente que se trata de “el símbolo más típico y representativo de la reunión entre amigos, organizada al azar, sin mucha planificación”. Aunque todos los que hemos nacido en Argentina sabemos que la empanada simboliza mucho más que eso: es una manera de ser argentino y de saber compartir, ¿no es cierto?
El “savoir-faire”
Lo importante es “saber hacerlas”. La masa es importante, aunque también lo es el relleno. Es como una partitura musical: tanto la masa como el relleno deben armonizar para obtener un producto de buena calidad.
Masas hay muchas; depende de quién la prepare. Cada familia tiene su receta, cada cocinero la suya.
Los ingredientes que se utilizan son tres: Harina de trigo, un medio graso (que puede ser grasa de pella, aceite o manteca) que sirve para darle elasticidad y, por último, agua salada.
También se pueden preparar con harina de maíz o integrales. ¡Hasta las hay sin gluten para los celíacos!
En nuestro país fue donde la empanada tomó personalidad propia. Esto se dio gracias al truque de especias entre las distintas provincias, justamente con la propia producción agrícola-ganadera y fue así como cada relleno identifica a cada región.
Por ejemplo:
-Salta: llevan papa, huevo, cebolla de verdeo, comino, pimentón, la carne se corta a cuchillo
-Jujuy: con arvejas.
-Tucumán: la carne se corta a cuchillo, lleva pasas de uvas y se cocina en caldo.
-Córdoba: se pinta con huevo y azúcar dándole un toque exquisito.
-Santiago del estero: similares a las cordobesas, ellos aseguran que son las más jugosas de todas.
-Nordeste: los rellenos se pueden hacer con pescados del río.
-La Pampa: existe una infinidad de recetas pero el huevo duro, los morrones y las pasas de uva no faltan en ninguna de ellas.
-Entre Ríos: preparan hasta empanadas rellenas de arroz con leche!
-Patagonia: el producto hace su aparición mucho después que en las otras regiones; se hacen de cordero y en las zonas costeras se rellenan con mariscos.
Algo para destacar es que en las provincias del norte argentino, se utiliza solamente la grasa de pella para su manufactura. La pella es la grasa que sostiene a los órganos internos de las vacas y de los cerdos. Esta se corta en cubos, se la funde y se cuela para dejarla lista para su utilización tanto en el relleno como en la masa.
En las zonas rurales más alejadas, los rellenos de las empanadas pueden variar según el alimento disponible, de modo que existen empanadas rellenas con las siguientes carnes: vizcacha, mulita, carpincho, yacaré, ñandú, etc. En definitiva, “todo bicho que camina… va directo a la empanada”!
¡A empanar se ha dicho!
Se estima que cada persona puede consumir entre una y dos empanadas si se sirven como entrada. En cambio, si la única comida girará en torno a la empanada, aconsejo contar con no menos de cuatro por persona.
Por supuesto, la cantidad de vino tinto es ilimitada ya que es la mejor compañía de este delicioso manjar.
Por supuesto, la cantidad de vino tinto es ilimitada ya que es la mejor compañía de este delicioso manjar.
Empanadas de carne
Después de mucho pensarlo, he decidido a entregarles la receta de la típica empanada salteña. La ciudad de Salta es famosa por hacer una de las mejores empanadas de Argentina y los salteños están tan orgullosos de su producto que en el aeropuerto de la ciudad las venden congeladas y dispuestas en hermosas cajas de cartón. De Salta a la mesa de cualquier rincón de la Argentina en cuestión de horas, ¿no es fantástico?
Vamos con la receta:
Masa:
1000gr (1kg) de harina 0000
200gr de grasa de pella derretida,
500cc. aproximadamente de agua tibia con una cucharada al ras de sal (esto se denomina “salmuera”).
Colocar la harina sobre una tabla en forma de corona bien amplia y en el centro ubicar la grasa derretida algo tibia.
Tomar la masa incorporando harina a la grasa hasta que quede grumosa e ir agregando de a poco la salmuera, en cantidad suficiente, como para obtener una pasta de consistencia regular.
A la hora de preparar las tapas, cortar en bollos medianos, estirar con palote a unos 3 mm. de espesor.
Luego cortar en discos del tamaño de un compact disc.
Hay que tener en cuenta que la empanada salteña es más pequeña que las de otras latitudes y si las preparamos del tamaño de los discos comprados dejarán de ser salteñas!
Relleno
350gr de cebollas blancas
150gr de grasa de pella preferentemente vacuna
1000gr (1kg) neto de carne cortada a cuchillo (roast-beef, nalga, bola de lomo)
500gr de papas
250gr de cebolla de verdeo cortada bien finita,
1/2 cucharada de pimentón
1/3 cucharada de ají molido
pimienta y sal gruesa
4 huevos duros
Opcionales: 100gr de pasas de uva blanca sin semillas y una aceituna por cada empanada, pero no es aconsejado por los salteños. Yo la aceituna la incluyo, las pasas no.
Para la preparación, o “recado”, si queremos introducirnos de lleno en la cultura de Salta, se prepara el día anterior.
Lo primero que hay que hacer es hervir en agua con sal las papas cortada en daditos, sacándolos bien “al dente”; este punto es importante porque si se cocinan demasiado las papas quedarán muy “puré” y se deslucirá el relleno. También hay que reservar un par de cucharones del agua de cocción.
En otra cacerola, poner los 150 gramos de grasa de pella a derretir; luego rehogar la cebolla blanca que habremos cortado finamente. Hay que rehogarla a fuego lento para lograr que apenas esté transparente. Si la cebolla se pasa de cocción se vuelve dulce; y si adquiere color oscuro, será aún peor. Esto debe ser así porque de otra manera, la cebolla perdería sus jugos durante la cocción de la empanada.
Cortamos la carne: primero en filetes, después en tiras siguiendo el trazado de la fibra y luego en cuadraditos.
Se la rehoga unos pocos minutos solamente para que blanquee junto con la cebolla.
Agregamos ahora un cucharón del agua de cocción de las papas que habíamos reservado.
Pasamos ahora a los condimentos: condimentar con sal gruesa, el pimentón dulce y el ají molido. Añadimos los daditos de papa revolviendo suavemente para que no se rompan.
Colocamos el relleno en un contenedor hermético y llevamos a la heladera para usar al día siguiente.
La cebolla de verdeo la cortamos finísima y también la colocamos en un bol.
Alineamos sobre la mesa 12/18 tapas, colocándoles en el centro una cucharada de relleno y agregando encima una pequeña cantidad de huevo duro picado y otra de cebolla de verdeo. Esto se hace para evitar ensuciar los sabores y los colores de los ingredientes.
Unimos los bordes, mojándolos ligeramente con salmuera, luego apretando suavemente con los dedos.
Seguimos con el "repulgado", es decir haremos una especie de tirabuzón continuo y regular. Esta terminación es la que dará vista y seguridad para contener el relleno durante la cocción.
Al que no le salga el repulgado, pues puede cerrarlas haciendo presión con un tenedor. Lo importante es que no se abran durante la cocción.
Horneado: colocar las empanadas dejando un espacio de 2 cm. entre ellas sobre una placa para horno. Si tenemos horno de barro las cocinaremos a una temperatura de 280 ºC , con un tiempo de 7/8 minutos. El resultado es un horneado final desparejo. Pero, así debe ser.
Para todos los demás que no poseemos (me incluyo) un horno de barro, el horno de la cocina de casa estará bien siempre y cuando se consigan temperaturas elevadas y habrá que precalentarlo para lograr una buena cocción. Como siempre las empanadas deben quedar crocantes pero de un color claro.
Si las hacemos fritas, el aceite se coloca en cacerola, deberá ser abundante y estar bien caliente. Para probar la temperatura del aceite introducimos un pedacito de pan y si se tuesta en segundos es que el aceite está a punto para comenzar a freír las empanadas. Colocaremos tres o cuatro empanadas con lo cual la temperatura va a descender. Esto es normal. Esperamos a que levante temperatura otra vez, dejamos unos minutos hasta que estén doradas, retiramos y escurrimos sobre papel antes de servir a la mesa.
En las casas de las familias salteñas, cuando se las prepara fritas se las acompaña siempre con un menjunje picante, vaya uno a saber por qué!
Ese menjunje es una mezcla de tomate machacado, ají picante, agua y sal, que se echa en la empanada con una cucharita de café. Cuando las empanadas se hacen al horno no es usual -ni conveniente- echarles el apetitoso picantito.
¡Hasta la próxima entregaaa!!
lunes, 2 de mayo de 2011
viernes, 22 de abril de 2011
¡La rosca que te enrosca!
Lo primero es la familia
¡No
hay nada más lindo que tener la sensación de que algo bueno se aproxima!
Siendo
chicos, la celebración de las Pascuas no era tal si no teníamos como regalo los
huevitos de chocolate! En mi caso en particular, mis favoritos eran los
conejitos bañados en chocolate blanco; ése era mi postre preferido.
Además,
el hecho de reunirse con la familia a celebrar las Pascuas es una manera de
hacer perdurar las tradiciones; y como sucede con todas las fiestas religiosas,
la Pascua se cierra con una buena comida ya que tanto en el judaísmo como en el
cristianismo de los primeros siglos, el ayuno previo era obligatorio.
Mis
recuerdos de la Pascua se amontonan en torno al almuerzo y a todo lo que mi
abuela, mi mamá y mis tías cocinaban durante horas para que estuviera en la
mesa del domingo. Las ensaladas de todo
tipo eran obligatorias; las preparaciones con pescado se destacaban y cualquier otro plato relucía sobre esa mesa
de domingo pascual. No obstante, todos esos preparativos iban más allá de la
celebración religiosa: era la razón para unir a la familia en un domingo
especial, un domingo de celebración y disfrute.
Y
por encima de todo lo que se había comido y bebido, sin importar la cantidad de
platos que hubieran desfilado previamente, el punto final del almuerzo estaba
dado por la presentación con honores de la Rosca de Pascua, un producto típico
de la panadería argentina. Y quién no se ha peleado por cortar esa rosca y
quedarse con la mejor parte!
¡Unas vueltas por su historia!
La
Pascua es una celebración religiosa que se tomó para las máximas celebraciones
judías y cristianas.
Los judíos festejan su salida de Egipto
y los cristianos recogen esta
fiesta y celebran la resurrección de Jesucristo.
La
fiesta de Pascua es conocida por la colección de deliciosas tradiciones
culinarias que destacan el final de la cuaresma.
En
Argentina se destacan los huevos de chocolate, los huevos de colores, la rosca,
las empanadas de Vigilia y la torta Pascualina.
La
tradición de regalar huevos surge en el Imperio Romano, como un augurio de buena
suerte y, para los cristianos es un símbolo de fecundidad, vida y resurrección.
Sin
embargo, el origen de la rosca de Pascua se sitúa en el año 476, en la ciudad italiana
de Pavia. Un pastelero realizó un postre con forma de paloma, símbolo de paz, amor. El pastelero le regaló
ese postre a un rey bárbaro que colonizaba esa ciudad y éste, tan conmovido por
el obsequio recibido, liberó a la población.
Con
el correr del tiempo el postre fue modificando su forma y llegó a ser un anillo, que representa el
compromiso, el amor y la amistad que une a los pueblos.
¡Pasemos
a la receta!
En
su origen, las roscas eran simples panes leudados a los cuales se les agregaban
pedazos de dátiles, higos y miel. Con el transcurso de los años, esta receta
de pan leudado fue modificada (los paladares y las costumbres cambian) y
mediante el agregado de huevo y de leche llegamos a la receta que conocemos hoy.
Hay
diferentes versiones; algunas incluyen crema pastelera, otros utilizan pasta de
almendras para rellenarla o bien frutos secos o chispas de chocolate. Pero más
allá de todas las combinaciones posibles, lo que no ha cambiado nunca es su
forma de anillo.
Por
tratarse de una masa que se hace con levadura vamos a tener que ser pacientes
porque respetar el tiempo de levado es fundamental para la buena calidad del
producto final.
Pasemos
a los ingredientes:
Masa
Harina 500 gr
Azúcar común 100 gr
Manteca blanda 50 gr
Levadura fresca 25 gr (o levadura seca deshidratada de panadería, 10 gr. - esta es una cantidad aproximada, ya que la fuerza de levado difiere entre las distintas marcas)
Extracto de malta 1 cucharadita (esto es opcional; el extracto de malta es un mejorador natural de las masas pero si no lo tienen, no importa)
Huevos 2
Leche 220 cc
Una pizca de sal
Agua de azahar, 1 cucharada sopera
Esencia de almendras, a gusto
Ralladura de limón, a gusto
Extracto de vainilla, a gusto
Azúcar común 100 gr
Manteca blanda 50 gr
Levadura fresca 25 gr (o levadura seca deshidratada de panadería, 10 gr. - esta es una cantidad aproximada, ya que la fuerza de levado difiere entre las distintas marcas)
Extracto de malta 1 cucharadita (esto es opcional; el extracto de malta es un mejorador natural de las masas pero si no lo tienen, no importa)
Huevos 2
Leche 220 cc
Una pizca de sal
Agua de azahar, 1 cucharada sopera
Esencia de almendras, a gusto
Ralladura de limón, a gusto
Extracto de vainilla, a gusto
Ingredientes
adicionales -opcionales
Cáscaras de
naranja confitada
Crema pastelera
Higos
Cerezas
confitadas
Pasas de uva
Preparación
Lo primero
que hay que hacer es fermentar la levadura. Para ello, tomamos un poco de la
leche y la entibiamos. Colocamos ahí dentro la levadura y una cucharada del
azúcar indicado. Dejamos que haga espuma –con este simple procedimiento
sabremos que la levadura está en buen estado y que nuestra rosca lucirá
espléndida. Si no hace espuma, significará que la levadura está muerta y
tendremos que salir a comprar una nueva.
Si vamos a preparar la masa sobre el mármol de nuestra cocina, colocaremos los ingredientes secos en forma de corona bien amplia; luego en el centro volcaremos la leche tibia con la levadura, la manteca bien blandita, los sabores y los huevos. Aconsejo comenzar a integrar desde el centro hacia fuera ayudándonos con un tenedor o una mini espatulita. A esto se lo llama "tomar la masa".
Si vamos a preparar la masa sobre el mármol de nuestra cocina, colocaremos los ingredientes secos en forma de corona bien amplia; luego en el centro volcaremos la leche tibia con la levadura, la manteca bien blandita, los sabores y los huevos. Aconsejo comenzar a integrar desde el centro hacia fuera ayudándonos con un tenedor o una mini espatulita. A esto se lo llama "tomar la masa".
Luego amasamos
hasta lograr una masa bien lisa y dejamos reposar; colocaremos el bollo en un
bol, cubrimos con film de polietileno para evitar su contacto directo con el
aire y esperamos unos 30 minutos, aproximadamente, para que aumente su tamaño a
casi el doble.
En cambio, si tenemos una batidora colocamos todos los ingredientes indicados en la receta en el bol, habiendo previamente fermentado la levadura con un poco de leche tibia y azúcar. Los ingredientes secos abajo y los líquidos arriba.
En cambio, si tenemos una batidora colocamos todos los ingredientes indicados en la receta en el bol, habiendo previamente fermentado la levadura con un poco de leche tibia y azúcar. Los ingredientes secos abajo y los líquidos arriba.
Hay que
comenzar con la velocidad más baja para no inundar la cocina con harina volando
por los aires. Seguiremos aumentando la velocidad hasta lograr que la masa se
despegue de las paredes del bol de la batidora. Alcanzado ese punto, la volcaremos
sobre la mesa y seguiremos el procedimiento tal como lo indicara para el
amasado a mano.
Una vez
levada, vamos a agregarle las frutas secas, los chips de chocolate, los frutos
confitados y volvemos a amasar para integrarlos.
Armaremos las
piezas a nuestro gusto (en corona grande, coronas individuales o simplemente en
bollitos tamaño figazzita) y dejaremos reposar nuevamente (¡si, dos veces! primero
la masa y ahora las piezas). Esto se conoce como “segunda levada”.
Una vez
levadas las piezas, pintaremos con huevo batido y llevaremos al horno, tal como
se indica más abajo.
· Para la decoración
Les brindo dos
posibilidades: la argentina y la española.
-Para la
Argentina:
Vamos a
utilizar como decoración la crema pastelera. A la mitad del tiempo de levado de
las piezas es cuando debemos decorar con la crema pastelera; luego pincelamos
con huevo batido la superficie libre de crema. Ubicamos sobre la crema las
mitades de higos, cerezas, pasas de uva, o cualquier otra fruta abrillantada
que quieran. La crema pastelera no debe pintarse con huevo porque puede
quemarse y tomar sabor amargo durante la cocción.
Dejamos levar un ratito más y llevamos al horno.
-Para la española:
Dejamos levar un ratito más y llevamos al horno.
-Para la española:
La crema
pastelera no se utiliza. Dejaremos entonces levar hasta que "no dé
más". Esto es: al presionarla con un dedo la masa se queda ahí quietita y
no rebota fácilmente, sino que le cuesta, lo cual quiere decir que ya no tiene
más capacidad de levado.
En ese
momento colocaremos las frutas y pintaremos con un huevo batido las superficies
libres. Ya está así lista para llevar al horno.
·
Cocción
Horno a 180º, precalentado. Tiempo aproximado, unos 20 minutos para
piezas medianas, 30 minutos para piezas grandes. Tiene que quedar doradita,
ustedes verán. También depende del horno, así que a estar atentos mientras se
hornea.
¿Qué es lo
que a mi me gusta?
Cuando sale del horno la pincelo con un par de cucharadas de mermelada de damasco rebajada con un poquitito de agua y calentada hasta disolver la mermelada para darle brillo.
Cuando sale del horno la pincelo con un par de cucharadas de mermelada de damasco rebajada con un poquitito de agua y calentada hasta disolver la mermelada para darle brillo.
Espero que les sirva ésta info. y que puedan prepararla.
¡Les deseo unas felices Pascuas a todos y que la comida sea otro motivo de reunión, de amor y de felicidad!
¡Hasta la próxima entrega!
viernes, 8 de abril de 2011
¡Choco choco chocolate!
Dulces sensaciones
El romance y el chocolate van de la mano: ¿quién no le regaló a su pareja una caja de bombones?
Y no solamente a la pareja: a mamá, a la abuela, a las tías, a quien sea! Regalar una caja de chocolates es como regalar una sonrisa con el corazón.
Es muy común escuchar que el chocolate es un alimento que nos hace sentir bien por razones psicológicas: una barra de chocolate es muchas veces para un niño, el premio por una buena acción o por una buena calificación en la escuela. También lo es para los adultos! ¿Por qué? Porque la memoria gustativa de la infancia no se pierde sino que yace en nuestro cerebro hasta que algo la despierta. Veamos: ¿quién, siendo chico, no ha recibido un chocolate de la abuela cuando venia a visitarnos? Y no eran esos los momentos más felices de nuestra vida? Pues si, lo eran, porque mamá no siempre nos compraba lo que queríamos porque “ya comiste mucho dulce y te hace mal a los dientes”; la abuela, en esas situaciones, se transformaba en la cómplice de nuestras más golosas ambiciones.
O ¿quién, en el trabajo o estudiando, no ha sentido la necesidad de comer algo dulce? Lo primero que nos viene a la mente en esos momentos, es un chocolate o un bombón!
Un poco de historia
El chocolate es un árbol originario de América y es un alimento que hizo furor en Europa. Llegó a España desde México, hacia 1520, en forma de barras y tabletas, pero no se comía sino que se bebía derretido y mezclado con agua o con leche.
Igual que el café o el té, el chocolate es un estimulante.
Es la palabra azteca (xocolatl) que aparecerá apenas deformada en todas las lenguas vivas. En el México azteca, donde por primera vez lo vieron los europeos, el cacao era la bebida favorita de los emperadores, que eran considerados dioses.
A los Países Bajos llega antes (1606) que a Francia, siendo el cardenal Richelieu quien lo introduce en ese país.
Cabe aquí destacar que el chocolate era considerado en esa época como un medicamento y alimento a la vez.
Luego sigue su ruta y lo difunden en Italia, en Alemania y en Holanda.
Suiza, fabrica en 1820 las primeras tabletas tal comestibles y el Sr. Lindt mejoró el fundido logrando que las tabletas fueran perfectamente masticables. Henry Nestlé le incorporo leche en polvo para así obtener el chocolate sólido.
Una nota de color: los primeros en industrializar el chocolate fueron los ingleses.
Ya en 1860 tenemos chocolate en todas sus presentaciones y para distintos usos: bebidas, confitería, repostería, farmacéutica y cosméticos. De aquí en adelante se construirán fábricas de chocolate alrededor del mundo y grandes empresas se convertirán en la referencia obligada al hablar del chocolate, para delicia de todos.
¿Qué es el chocolate?
El chocolate, tal como lo conocemos y comemos hoy en día, es el producto final que surge de la mezcla de la pasta de cacao con manteca de cacao y azúcar.
Existen diferentes tipos de granos de cacao según cuál sea el árbol del cual se extrae y de las zonas de cultivo.
Tiene un alto contenido energético pues posee grasas, hidratos de carbono y proteínas.
Uno de los mitos que lo rodeaban era que por su dulce y exquisito sabor no era bueno para la salud; era una especie de alimento semi-prohibido, a tomar con precaución, lo cual no ha sido muy sencillo de soportar por todos aquellos que amaban el chocolate. Pero este preconcepto ha sido desmentido por la comunidad científica.
Hoy se sabe que el chocolate contiene más de 600 sustancias químicas, muchas de estas son beneficiosas para la salud. Dentro de sus beneficios se encuentra la mejoría del sistema cardiovascular, combatir el cáncer y proteger el sistema inmunológico. Sus cualidades se deben, principalmente, a las propiedades antioxidantes que contiene.
¿Y las recetas?
Recetas de pastelería que incluyan chocolate hay miles! Más que miles, diría decenas de miles!
No obstante, intentaré brindarles las más conocidas, las más clásicas y que gustan a todo el mundo.
El famoso BROWNY
Ingredientes
150 gr de azúcar
3 huevos
90 gr de harina
100 gr de manteca
200 gr de chocolate
Batimos los 150 gr de azúcar con los tres huevos.
Derretimos la manteca con el chocolate a baño maría.
Mezclamos el batido de huevos con el chocolate.
Le agregamos la harina.
Mezclamos.Si queremos, le agregamos un puñado de nueces partidas.
Llevamos a un horno precalentado a 180° en un molde cuadrado de 20x20cm.
Horneamos durante 14 minutos.
4 yemas
4 claras
Azúcar 150 gr
Chocolate amargo derretido 250 gr
Crema chantilly 250 gr
Batimos las yemas con el azúcar hasta dejarlas blancas.
Le agregamos el chocolate derretido.
Luego le agregamos la crema chantilly.
Por ùltimo incorporamos delicadamente las claras batidas a nieve con una cucharada de azúcar.
Colocamos la mousse en copas o vasos y llevamos a la heladera hasta el momento de servirla. Se puede decorar con frutillas o frambuesas.
Bizcocho de chocolate rapidísimo
Colocamos en el bol de la procesadora (con la cuchilla puesta) 250 gramos de manteca bien blanda, 250 gramos de azúcar, 250 gramos de harina, 1 cucharada de cacao amargo, 5 huevos, una cucharita de extracto de vainilla y 150 gramos de chocolate derretido, en ese orden.
Procesamos hasta obtener una masa cremosa. Agregamos 5 cucharadas de leche y volvemos a procesar un minuto.
Volcamos en una budinera enmantecada y enharinada.
Llevamos a un horno precalentado a 160° durante aproximadamente 40 minutos o hasta que al introducir un palillo en el centro salga seco.
Se sirve con una buena cucharada de crema chantilly y otra de mermelada de frambuesas o de damascos.
Sea cual fuere el motivo, cualquier oportunidad es buena para comer un chocolate. Y el que diga lo contrario no está en su sano juicio!
Hasta la próxima entrega!!
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